- Área: 200 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Mayo de 2015: una llamada... Ana Lía, mujer de unos 50 años de edad, caucásea, alta. El encargo:
A partir de la adquisición de una casa del año 1960 en muy mal estado, (humedad en las paredes, falta de ventilación, falta de iluminación, pisos rotos y problemas varios), soñaban convertirla en sustento mensual por el alquiler de la misma, como así también blindar sus ahorros jubilatorios, que con tanto trabajo y esfuerzo fueron juntando a lo largo de sus vidas.
La situación:
Un terreno de 11m. x 40m. En un lugar denominado Barrio Jara en las inmediaciones céntricas de la ciudad de Asunción, barrio tranquilo y tradicionalmente familiar.
Una casa enterrada a 90cm por debajo del nivel de la calle. La tipología:
Vivienda chorizo (una sucesión de espacios, conectados entre sí, que dan hacia una galería) la cual permitía que la alquilaran como piezas independientes.
La propuesta:
1- Apuntalar la casa, extraerles las paredes y meter otras nuevas, reutilizando los materiales y otorgándole a la casa un nuevo sistema de espacios y circulaciones.
2- Adicionar patios, y aberturas, que permitan a la casa un nuevo tipo de iluminación y ventilación.
3- Cerrar aberturas con tapas de ladrillos de canto, de forma tal que sean vestigios de lo que existía y permitan generar un nuevo diálogo entre lo nuevo y lo viejo.
Lo logrado:
La casa cuenta una historia, una historia en constante cambio, una historia que empezó en 1960 y hoy 2016 tiene un nuevo principio. Los espacios no son los que eran, si bien sus límites son los mismos (no hemos crecido un solo metro cuadrado de techo).
Los materiales de construcción hablan sobre la manera de hacer antigua. Y por sobre todo cuentan lo que nos interesa: una nueva concepción de los mismos, en cuanto a su eficiencia y disposición.
La Historia que está por venir es la que más nos interesa. El como la van a habitar y como esperamos que la casa habite en los nuevos inquilinos.
Finalmente la arquitectura que intentamos producir es la de un constante dar. Hasta incluso desde los materiales, otorgando sus máximas capacidades.
Una casa que nos permita el residir, que supone el estar en un sitio. Estando en un sitio como un hecho habitual. Que pretenda en un ordinario cotidiano. Producir la chispa que nos haga diferentes.
Diferentes en el hacer. Pero al mismo tiempo igual, En soñar en un futuro con más oportunidades para todos.